Fuente: Atlas de Netter
La rodilla es una de las zonas más susceptibles a las lesiones al practicar artes marciales, especialmente en el taekwondo.
Esta articulación es de tipo bisagra, ya que permite movimientos de flexión y extensión gracias a sus ligamentos.
Los ligamentos colaterales, que le dan estabilidad lateral a la rodilla, son los principales afectados, debido a golpes en esa zona, produciendo inestabilidad articular e incapacidad para el movimiento.
Los ligamentos cruzados anteriores y posteriores, que le dan estabilidad anterior y posterior a la rodilla, se ven afectados al realizar movimientos que generan torsión articular, desgastándose hasta su rotura, produciendo dolor, inestabilidad articular y dificultad para caminar.
Los meniscos actúan como amortiguadores y facilitadores del movimiento articular, acomodandose según sea la posición del fémur y de la tibia y el peroné, impidiendo que estos se choquen entre si, desgastándose.
Los movimientos y la tensión repetida a los que se someten los meniscos pueden general que se desgasten, se compriman, se rompan o se desprendan de su sitio de unión, perjudicando el movimiento normal de la rodilla generando una reacción en cadena que dañan más y más esta articulación.
Ante una lesión de la rodilla, se debe inmovilizar la articulación y acudir donde un médico ya que estas suelen ser las lesiones más graves que se presentan al practicar taekwondo.
Es importante fortalecer los músculos que ayudan a la estabilidad de la rodilla para prevenir estas lesiones, así mismo, es importante tener cuidado con la técnica correcta a la hora de realizar las patadas.